miércoles, 26 de enero de 2011

La tabla periódica se complica

Estudiarse (o copiar) la tabla periódica va a ser un poco más complicado a partir de este año. Por primera vez desde que el ruso Dmitri Mendeléyev crease este catálogo en 1869, diez elementos clave van a cambiar su peso atómico. Las nuevas cifras, que aparecerán a los pies de cada elemento, expresan la minúscula pero relevante diferencia de peso que hay, por ejemplo, entre el hidrógeno que contiene una gota de agua salida de un grifo en París y el que hay en la misma cantidad de líquido recogida en una playa de Almería. La diferencia depende del número de neutrones que haya en cada átomo y, por eso, el nuevo peso atómico deja de ser una cifra cerrada para convertirse en un intervalo.
"Me parece excelente crear este nuevo problema a los estudiantes", explica a Público Tyler Coplen, uno de los artífices de la reforma. Este miembro de la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC, en inglés) es coautor del estudio que, tras 15 años de investigación, ha hecho oficiales los cambios de los diez elementos en cuestión.
La frecuencia de cada isótopo se expresará con un gráfico de tarta. El grupo incluye todos los elementos esenciales para la vida en la Tierra menos el fósforo: nitrógeno, oxígeno, hidrógeno, carbono y azufre. Además, el peso atómico del litio, boro, silicio, cloro y talio también se expresará con un intervalo en vez de con una sola cifra. Los cambios se incluirán en una nueva tabla periódica que la IUPAC publicará a principios de este año, según Coplen.
"El valor único del peso atómico que aparecía en la casilla de cada elemento de la tabla periódica daba la impresión de que es un valor universal, y no es así", explica Javier García, miembro de la IUPAC y director del laboratorio de nanotecnología molecular de la Universidad de Alicante. Se debe a que algunos elementos tienen variantes llamadas isótopos y que tienen más o menos neutrones en su núcleo. Uno de los más conocidos es el carbono, recuerda García. El carbono 12 se llama así porque lleva seis neutrones y tantos otros protones. Pero el carbono 14 lleva ocho neutrones. "Los organismos que dejan de respirar dejan de incorporar carbono 14 y los átomos de este isótopo decaen con el tiempo a carbono 12", explica García. "En las muestras orgánicas, el peso atómico del carbono va disminuyendo con el tiempo", añade.

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