viernes, 10 de diciembre de 2010

¿Es posible una vida basada en el arsénico?


Todos hemos crecido con el convencimiento de que habían seis elementos, con una posición privilegiada en la tabla periódica, que eran indispensables para la vida: hidrógeno, oxígeno, carbono, nitrógeno, azufre y fósforo. El jueves nos acostamos con que uno de ellos, precisamente uno de los pilares fundamentales de la información genética, el fósforo, era reemplazable por un miembro relacionado de la tabla periódica, pero que posee connotaciones muy negativas para la vida, el arsénico.

Realmente, los experimentos de Felisa Wolfe-Simon y su equipo demuestran, sin ningún lugar a dudas, que en ausencia de fosfato el arseniato puede ocupar su lugar en las múltiples funciones que tiene encomendadas en la actividad celular: almacenamiento de información (ADN), instrucciones para la expresión de la información (ARN), síntesis de proteínas (ribosomas), señales de regulación de la función (modificación de proteínas), membranas (fosfolípidos) y las moneda energéticas celulares (ATP y NADH, entre otras).

Además la bacteria que ha exhibido esta propiedad es miembro de un género de bacterias halófilas (que aman la sal) bastante conocidas, las Halomonas, que se encuentran asociadas a la mayoría de los ambientes hipersalinos conocidos. La demostración de la sustitución del P [fósforo] por el As [arsénico] es exhaustiva porque, tal y como dijo el astrobiólogo Carl Sagan, un hecho extraordinario requiere demostraciones extraordinarias.


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